Calma y luz máxima en un piso madrileño de clave serena

“Para conseguir el primer objetivo derribamos tabiques y eliminamos el concepto clásico de pasillo”, avanzan desde el despacho. “Se propuso así la disposición de una gran librería que funcionaba como celosía entre el salón, los espacios de circulación y la cocina, que ahora quedan conectados entre sí”. La pieza, diseñada a medida, se convierte en un elemento estético y funcional, escondiendo un pequeño espacio de trabajo a modo de oficina. Dicha librería, a su vez, consigue en este piso madrileño esconder dos pilares de manera sutil. “Lo hace sin perder la ligereza y permeabilidad de su diseño que recuerda a un recorte liviano de papiroflexia”, detallan.